jueves, 6 de agosto de 2015

Y a todo esto, ¿qué hiciste en Máncora? (PARTE 2)

[Continuación de la entrada anterior]

Entré al restaurante más bonito de Los Órganos; estaba frente al mar celeste, subías unas escaleras y te lo encontrabas: la decoración era bien sencilla, piso gris y paredes blancas; la barra de madera, y lo más bonito, era una gran galería. La pared que daba al mar era un ventanal gigante, el resto no tenía pared, y aún así la temperatura estaba fresca ahí dentro. Me dijeron que sí podía tocar, sin problemas, y entonces me paré y comencé. "Canción para Carito", mi caballito de batalla, y a continuación el clima playero y hawaiano me incitó a compartirles "Somewhere Over the Rainbow", versión ukelelística. Recibí, como pocas veces, muchos aplausos (los peruanos son muy tímidos para aplaudir en general), y finalicé con el vals peruano "Que nadie sepa mi sufrir". Vendí casi todos mis discos, recibí muchas sonrisas, felicitaciones, preguntas curiosas, las de siempre: ¿estás viajando solita? ¿Te gusta Peru? ¿No te da miedo? ¿Tus papis te dejaron salir? ¿Te comunicas con ellos, verdad? ¿Y cuánto tiempo más estarás viajando?

Al terminar, una de las mesas me comenzó a charlar, en especial un italiano de alrededor de 60 años, muy flaco y, se lo notaba, muy extrovertido. Estaba emocionado porque su madre se llamaba María Eugenia (así me suelo presentar ante el público), y es un nombre que nunca volvió a oir nombrar. Giorgio nació en Italia, pero vivió gran parte de su vida en Perú, donde Eugenia es un nombre muy poco común de tan antiguo. Le encantó, como a todos en su mesa, la música que había hecho, y me contó que pertenecía a una empresa que realiza tours en Máncora. Junto a los otros sentados en la mesa, hace excursiones a El Ñuro, lleva a la gente a nadar con las tortugas marinas, y luego a almorzar a Órganos todos los días. Otro de los tours consiste en ir a Los Manglares, unos árboles marinos que albergan aves de todo tipo. Me invitaron a un plato de deliciosos chicharrones de pescado (con arroz, ensalada de palta y yuca; amor por los platos de comida peruanos), y me comentaron que lo que podría hacer, en caso quisiera, es ir a los tours de forma gratuita, hacer todo lo que hace el público y, a la hora del almuerzo, como parte del tour, se ofrecería mi música; allí podría pedir colaboración y vender mis discos, y el almuerzo estaría cubierto por la empresa. Imagínense mi respuesta... Almorzando con ellos conocí a Zabaleta, el dueño de la empresa, muy callado y serio pero aceptando en silencio la propuesta de Giorgio (uno de los guías más jovatos, y coordinador de los tours), Gabriel, el guía que hace dos excursiones diarias al Ñuro (nado con tortugas), uno de los peruanos más lindos que vi en mi estadía en Perú. Había un chico más en la mesa, pero no lo volví a ver luego de ese día, así que ya no lo recuerdo.

Al día siguiente fui a la empresa que estaba en la calle principal de Máncora (que para este entonces ya conocía muy bien), y salí a hacer una excursión a Los Manglares, con un guía llamado Jhon (peruano, llamado Jhon). Jhon tenía alrededor de 26 años, muy alto y simpático. Hice la excursión y me sentí, por primera vez, muy, muy turista. Jhon hablaba acerca de muchas cosas, fuimos primero a distintas playas más al norte de la costa, las cuales supuestamente tenían agua más verde esmeralda, más cristalina, más tibia. Lamentablemente, el día estaba nublado, así que ninguna playa brilló de colores bonitos, pero nadé en cada una lo mismo. La visita a los manglares fue interesante, no mucho más que haber ido a Bahía Aventura de pequeña. A la hora del almuerzo canté con buen resultado, y terminé el día agotada y feliz.





Ese mismo día era la víspera del cumpleaños de Giorgio, quien me invitó a cenar a un restaurante italiano con sus amigos. Acudí a las 21 hs con mi ukelele en mano, y canté algunas canciones a pedido de Giorgio; estaba dichoso (y borracho). Cenamos pizza e intenté, sin éxito, tomar vino tinto (no pude pasarlo). Después de cenar, salimos a bailar, Giorgio y todos. Bailar es tan fácil en Mancora, los boliches están abiertos y a metros de la playa, es casi difícil no bailar. Ese día aprendí a bailar salsa con Giorgio y aprendí a hacer un pisco sour.

El día siguiente (o el que le siguió) fui al Ñuro, con ukelele en mano y bikini debajo para nadar con las tan promocionadas tortugas gigantes. El día estaba soleadísimo, y el mar del Ñuro estaba azul y alucinante. ¿Nadar con las tortugas? No estuvo mal, experiencia interesante, lo hice sólo una vez, y hay algo en las experiencias que todo el mundo encuentra "imperdibles" que me importan poco. Son animales, y nadé cerca de ellos, qué tanta alharaca. (Me siento ortiva relatando mis actividades turísticas con tan poco entusiasmo pero bueno, así soy). Nuevamente canté al mediodía, almorcé el mejor ceviche del universo, y comenzamos a entablar una amistad muy bonita con Gabriel (uno de los peruanos más liindos de Perú) que creció con los días; Gabriel tiene 26 años, mancoreño que vive atrapado entre sus ganas de trascender su vida, de hacer algo más, y su rueda de adicciones varias que lo mantenían en el mismo lugar. Gabriel necesitaba alguien con quien hablar, y yo alguien que me abrazara sin otras intenciones, y nos ayudamos mutuamente en eso, cuando no decidía yo alejarme porque demasiadas adicciones me generan salir de ese lugar, con impotencia, pero aprendiendo de todo.





Pasaron los días y el sol seguía brillando, y Máncora me seguía abrazando. Iba a cantar a Los Órganos todos los mediodías, o a veces me quedaba en el pueblo y cantaba con mi amiga María Laura. Me hice cada día más amigos, al punto que era común caminar por el pueblo y encontrarme con mucha gente.

Un día estaba mirando libros en una tiendita bien chévere, cuando me llaman "Euge!!!", miro y era Dana, una chica alemana que conocí en Lima y llegué a querer mucho; me puse contentísima de verla. Nos abrazamos mucho, y me presentó a Regina, una española muy bella que ella misma acababa de conocer. Cenamos Dana, Regina, yo y Adar, un israelí que había conocido el día anterior en la playa y me cayó simpático; no conocía a nadie en el pueblo y no podía con su español. Cenamos, fuimos al hostel de las chicas y volví temprano a mi hostel, el ambiente no me hizo tanta gracia, y estaba cansada.

Unos días después fue el cumpleaños de Dana, y decidí hacerle una torta. Ojalá fuera de esa gente que gusta de sacarle fotos a todo, tendría más material visual para acompañar estos relatos. La cuestión es que hice una "chocotorta" con galletas de vainilla mojadas en café, y capas de manjar (casi dulce de leche), y arriba frutillas y algunas uvas, y chocolate. Me pasé. Esa misma noche había arreglado para cantar en un bar muy hermoso de Máncora llamado Atelier, canté ahí, una de las experiencias artísticas más bonitas ya que la idea era cantar canciones originales lo más posible, y aproveché esa oportunidad para abrir mi corazón al público. Otra cosa que me conmovió: invité a mi amigo de Israel y a una mujer de Noruega; vinieron temprano y, como el bar estaba vacío, se les ocurrió salir a la calle a jalar gente diciendo que iba a cantar. Con su limitadísimo español, la noruega y el israelita me llenaron el bar. Ternura máxima por estos seres.





Luego de cantar, fui a buscar la torta de cumpleaños a mi hostel y salí a encontrarme con Dana, Regina y sus amigos canadienses, habíamos quedado encontrarnos en un lugar y horario vagos. El resultado: buscar por todo Máncora a Dana con la torta en mano, con los chicos que compartían hostel conmigo: un cordobés y un porteño que me vieron hacer el pastel y se prendieron al festejo y, al parecer, a la búsqueda de Dana. Eventualmente la encontramos y fuimos a hacer una fogata en la playa. Cantamos, comimos torta, tomé vino tinto y toqué la guitarra hasta quedarme dormida frente al fuego. Alrededor del fuego había más gente desconocida por mí que conocida, pero todos eran amigos de amigos. No tenía ganas de sociabilizar, sólo canté encerrada en mi pequeño mundo. Poco sabía que en esa misma ronda estaba sentado, escuchándome, mi futuro compañero de viajes.

Continuará...





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