Mar, mar, y mar. Todo el mundo debiera conocer el mar, cualquier mar, sólo mar. Si una materia del colegio fuese sentarse durante un rato contemplando una gran masa de agua (porque para los que viven lejos de los bordes de su continente puede ser un rio o lago), las almas de las personas egresadas de esos colegios estarían mucho más limpias. Qué extraño cómo, habiendo ido a un colegio religioso, nunca me enseñaron a contemplar y maravillarme. Tal vez hasta lo contrario hayan querido transmitirnos. No importa. Total agradecimiento a todo lo que me llevó a este momento, incluyendo mi educación.
Mar, mar y mar. Conversando con algún francés de turno en el hostel (ya perdí la cuenta de los nombres), él me decía que amaba cantar, que no lo hacía en público porque no le parecía que tenía una voz fantástica, pero sentía que cantar lo conectaba con su alma y con alguna fuerza externa y poderosa, y lo limpiaba; que siempre se sentía mejor luego de cantar. Le conté que a veces el estar preocupada por hacer dinero con la música (porque no es todo pasión y fluidez, vivir de la música), me olvidé de cómo era esa sensación, y entonces cantar se me pierde un poco. Me dijo que tal vez debiera hacer eso, para no perder el disfrute. Acto seguido, fui a mi cuarto y empecé a cantar desde el alma. Qué bien que se sintió volver...
Mar, mar, mar... Me encontré con Luz en el Parque del Amor, Miraflores, Lima, y le tomé esta fotografía:

Como sintetizando la perfección, la profundidad de la vida y el abrazo del sol.
Gracias, gracias, gracias...
Mar, mar y mar. Conversando con algún francés de turno en el hostel (ya perdí la cuenta de los nombres), él me decía que amaba cantar, que no lo hacía en público porque no le parecía que tenía una voz fantástica, pero sentía que cantar lo conectaba con su alma y con alguna fuerza externa y poderosa, y lo limpiaba; que siempre se sentía mejor luego de cantar. Le conté que a veces el estar preocupada por hacer dinero con la música (porque no es todo pasión y fluidez, vivir de la música), me olvidé de cómo era esa sensación, y entonces cantar se me pierde un poco. Me dijo que tal vez debiera hacer eso, para no perder el disfrute. Acto seguido, fui a mi cuarto y empecé a cantar desde el alma. Qué bien que se sintió volver...
Mar, mar, mar... Me encontré con Luz en el Parque del Amor, Miraflores, Lima, y le tomé esta fotografía:

Como sintetizando la perfección, la profundidad de la vida y el abrazo del sol.
Gracias, gracias, gracias...
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